"Narcotraficante y asesino confeso, mexicano... Inocente"
Paco Calderón
Otra vez, un mexicano (ignoro si documentado o indocumentado) va a la inyección letal, y nuevamente todas las voces de los "bienpensantes" piden clemencia para el muchacho que en 1993 violó y mató a dos jovenes junto con otros cinco cómplices suyos, de los cuales otros dos fueron condenados a muerte (y para los cuales los "bienpensantes" no han pedido misericordia).
Ahora se vuelve a hablar entonces de la pena de muerte, tanto que el despreciable Emilio Gamboa se cuelga del asunto para pedir la pena de muerte a secuestradores, aprovechandose de la muerte del hijo de Alejandro Martí. Falta ver que va a escupir el Capulina Beltrones.
Yo por mi parte, les digo a todos los "bienpensantes" tres cosas:
1.- Piensenle bien antes de despotricar contra George Bush (su deporte favorito), porque el mismo presidente de Estados Unidos solicitó acatar el fallo de la corte de la Haya.
2.- Piden clemencia para este muchacho. ¿Cuantas veces habrán pedido clemencia para ellas las dos jovencitas violadas y muertas? ¿Les importa un rábano eso a ustedes, señores "bienpensantes"?
3.- Por mi parte también me opongo a la pena de muerte. Es un castigo demasiado piadoso para estos delitos. El criminal debe pagar en vida su crimen. Asi que preferiría que los mandaran al desierto a picar piedra, o a las minas a trabajar sin sueldo, o a construir vías ferreas, carreteras, etc.
Que comodo, matarlo nada mas.
¡QUE PAGUE!
