Como siempre los medios se ofenden

Un aficionado al Barcelona invadió el campo en la final de la Euro 2004. Como resultado, los medios europeos han dejado de transmitir estas "manifestaciones"

Sin duda que Pavlov se habría divertido con los "periodistas" mexicanos (al menos con los "bien-pensantes")

La imagen anterior corresponde al día 19 de la Euro 2004, cuando Portugal perdió con Grecia la final. Un aficionado, presumiblemente del Barcelona -equipo en el cual Luis Figo había militado- se metió al campo y le arrojó un jersey al 7 portugués.

Este tipo de incidentes se empezó a hacer terriblemente común. Recuerdo en el Gran Premio de Alemania de 2000, cuando Rubens Barrichello pudo ganar en parte ayudado por un francés ex-empleado de Mercedes Benz que invadió la pista. Ante esto la mayor parte de los medios europeos decidió simplemente no enfocar ni transmitir ninguna imagen de estos payasos, dado que el ser transmitidos a nivel mundial, representaba un poderoso incentivo para repetir la conducta.

Este asunto viene a cuento porque un tal López-Dóriga (sus amigos le dicen el "teacher" o "maistro") publica en Milenio (http://www2.milenio.com/node/18174) su indignación cercana a la histeria propia de un "tramafat" donde le reclama al presidente Felipe Calderón que haya puesto el dedo en la llaga y haya solicitado a los medios dejar de ser cómplices de la delincuencia organizada.

Amen de lo desproporcionado de la reacción del mentirosillo, más propia de una doncella ultrajada por pelafustanes, es de justicia reconocer que casi siempre que alguien haga la más leve de las críticas, los "bienpensantes" reaccionen aventando a la cara lugares comunes como "libertad de expresión", "usted es el culpable no nosotros", etc. Como otra muestra, está aquella defensa que el panzón Gerardo Liceaga hiciera de sus nefastos colegas de TV Azteca.

Así que ya sabe, amigo. Si usted tiene miedo de salir a la calle o ir a un banco en Monterrey, después de haber visto las noticias... ya sabe al menos quien no tiene la culpa.

Claro, la culpa nunca es de ellos. Eso dicen tambien los niños de 5 años.